viernes, 7 de octubre de 2011

Equipos al límite en tiempos de crisis

Que hay crisis es un hecho evidente. La hay en la sociedad y, como el deporte ha vivido, vive y vivirá de publicidad y subvenciones toda su vida, esta también se extiende a clubes de todas las disciplinas. Los ingresos son cada vez menos pero, paradójicamente, los gastos aumentan. ¿Por qué? Porque no todos parecen ser conscientes de la realidad que nos rodea. Y hablo en este caso de las federaciones, que sangran a equipos y jugadores con gastos cada vez más agudos.

Hasta hace poco no me daba pena oír hablar de clubes al borde de la desaparición. Porque en la mayoría de estos casos se trataba de conjuntos súper profesionales que no sabían acotar sus fronteras. Es decir, inflaban sus presupuestos aguardando que papá ayuntamiento acudiera al rescate. Pocos eran conscientes de que si ingresabas X no podías gastar en sueldos X+1.000 anunciando a bombo y platillo fichajes multimillonarios.

Eso nunca me ha interesado. Lo que a mí me preocupa es oír hablar de equipos modestos, muchas veces ejemplares, que ni haciendo un trabajo encomiable de cantera son capaces de llegar a fin de mes. Hace unos días publicábamos en La Voz de Galicia el caso del Mera de fútbol sala, máximo referente coruñés que compite en la Segunda División B masculina.

Este conjunto lleva once años trabajando con la base. Lidera su categoría con el presupuesto más bajo de la Liga y con jugadores en su mayoría de la base. Ninguna cobra. Pero ni así el equipo tiene garantizada su supervivencia. O consigue tres mil euros antes del mes de diciembre o puede desaparecer. El gasto en fichas, viajes y árbitros linda lo imposible. Los directivos adelantan dinero de su bolsillo para que los jugadores puedan viajar en coches particulares. Este fin de semana, por ejemplo, juegan como locales el primer y segundo equipo. Así que solo los árbitros se llevarán 500 euros de sus maltrechas arcas. Situación límite que se traslada a multitud de equipos. A todos ellos habría que hacerles un monumento.

Fútbol femenino

En el fútbol femenino sucede algo parecido. Los clubes deben pagar por multitud de conceptos a la Federación. Sean fichas, derechos de competición o arbitrajes, y lo único que reciben a cambio es el olvido. Un ejemplo: el año pasado para realizar un reportaje sobre Verónica Boquete, tuve que coger a mano las crónicas de todos los partidos para saber la clasificación de máximo goleadoras de la Superliga (ahora Primera División). Por cierto, reportaje del que si hizo eco toda la prensa nacional y alguna que otra televisión. Quién no oyó hablar de que Vero había marcado más goles que Messi y CR7...

En la página web de la Federación Española no hay ni una clasificación de máximo realizadoras. Ni siquiera están colgadas las actas de la primera categoría. Eso sí, si eres hombre puedes acceder hasta el más mínimo detalle de lo que sucedió en cada encuentro hasta la Segunda División B. Para pagar el camino es Las Rozas, para recibir al menos un poco de información mejor ir a FutFem, que además lo hacen con mucha más ilusión.

Es en lo que se han convertido las Federaciones hoy en día. En una caja de recaudar. Facilidades pocas. Y que nadie se piense que estamos hablando de sueldos millonarios. Porque en el fútbol femenino si encuentras un equipo que te pague un piso, los estudios y algo para comer puedes darte por afortunada. Significa que vales para jugar en la élite. Una súper crack podría llegar a cobrar 1.500 euros mensuales, pero de esas hay muy pocas, por no decir casi ninguna en estos tiempos. Por eso hay que hacerle un monumento a equipos como el Málaga, que hace pocos días conocimos a través de FutFem que estaban viajando en furgonetas (ver imagen).

Suben los gatos federativos

Más ejemplos que llevan al mismo camino. Hace poco que en Galicia tenemos una Federación de fútbol completamente renovada. El cambio era necesario, pero el nuevo presidente José García Liñares quizás no ha entrado con el mejor pie.

Para solventar una quiebra técnica, heredada de una época anterior de dudosa gestión, la nueva junta directiva ha aprobado la subida del pago de la mutualidad de un 10 por ciento. Además, ha adoptado la medida de unificar la tarifa arbitral, lo que en la práctica supone que en muchas zonas haya que pagar más por los arbitrajes.

¿Qué quiere decir esto? Que los errores de gestión siempre lo pagan los mismos. Los equipos modestos. En una época en que cada vez se ingresa menos, los equipos gallegos de Segunda y Tercera Autonómica deben pagar más. Esa es la razón por la que nunca defenderé a ningún directivo. El deporte es de los deportistas, y quizás haya demasiada gente externa viviendo de él.

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